Apéndice
Los indios pintores de Tlatelolco
El padre fray Juan de Torquemada, autor de la valiosa Monarquía
indiana, fue también el constructor del templo de Santiago Tlatelolco
y director del retablo que un lejano día estuvo en su interior,
y del cual hoy se conserva sólo un fragmento.
Para construir éstas y otras obras, tuvo a su cargo un buen
número de indígenas, entre los que destacó un grupo
de pintores, formando una especie de taller donde se hicieron retablos
para diversos sitios de los cuales no se tenía noticia, tales como
Xochimilco, Oaxaca y Michoacán, según se desprende del documento
que damos a conocer.
En el legajo, aparece una denuncia en contra de Torquemada, a causa
de los golpes que propinó al mayoral de los pintores, Agustín
García, y que pusieron en peligro su vida. Por lo que se infiere
del documento, este castigo no fue casual, pues era una práctica
común, cada vez que un artista indio cometía una falta o
dejaba de asistir a su trabajo, azotarlo en público. Los indígenas
sufrieron en silencio la cólera del franciscano sin atreverse a
denunciarlo, hasta el día en que el misionero se excedió
en su celo; consideraron entonces la necesidad de defenderse, acusándolo
ante las autoridades virreinales, quienes ordenaron la investigación
pertinente.
Varios testigos fueron llamados, y gracias a sus declaraciones podemos
enterarnos de las condiciones en que trabajaban los fieles de fray Juan.
Todos los testimonios coinciden y en ellos se pone de manifiesto el carácter
violento del religioso. Por desgracia, el expediente parece incompleto,
quizá porque el proceso no siguió adelante, o porque se perdió
parte del mismo, de modo que no sabemos cuál fue el fallo de las
autoridades. Nos conformaremos con habernos enterado de un aspecto de la
vida de Torquemada y la situación de los artistas indígenas
que laboraron a sus órdenes al iniciarse el siglo XVII.
Criminal 1605
De parte de los indios pintores de Santiago Tlatelulco de esta ciudad contra el padre guardián del dicho convento sobre haber azotado a un indio pintor, y de los azotes estar a punto de muerte.
Al margen. En 16 de hebrero 1601 años su Ilustrísima.
Que el notario Juan Bautista vaya con el naguatato a ver el indio y dé
fe de las heridas, y se reciba información de lo demás contenido
en la dicha petición, y hecha proveerá justicia.
Juan Rodríguez y Domingo Macario, Francisco de la Cruz, Miguel
de la Cruz, Lorenzo Martín, Francisco Díaz, Sebastián
Francisco, Juan de Sebedeo, Pedro de Sebedeo, Baltazar Jerónimo,
por nos y en nombre de todos los pintores del barrio de Santiago nos venimos
a quejar ante Vuestra Señoría de los agravios que el guardián
de Santiago nos hace en que trabajemos los días de fiesta y nos
apremia a que todos los pintores, sin faltar ninguno acudamos a trabajar
en las obras que traen fuera de México, que acabamos la víspera
de pascua dos colaterales que eran de Mechoacán, y ahora trujeron
otro de Suchimilco y nos molestan de manera que si alguno falta lo azotan
muy bien delante de toda la gente que está en la iglesia, nos amarran
a un pilar y nos azotan con voz de pregonero diciendo nos azota por ladrones
que hurtamos el oro y los colores, y no es posible hurtarlas porque tienen
guardas que están mirándonos lo que hacemos. El domingo pasado
de este presente mes azotaron a Agustín García, nuestro mayoral,
hombre viejo y anciano y de los azotes está muy malo en la cama,
y pedimos y suplicamos a Vuestra Señoría reciba información
de lo susodicho, y de como nunca nos pagan nada por nuestro trabajo aunque
trabajemos diez años, y somos pobres, y si Vuestra Señoría
no nos favorece nos hemos de ir huyendo porque no lo podemos sufrir por
honra y servicio de Dios nos favorezca Vuestra Señoría y
se duela de nosotros que mes y medio de trabajo de treinta y dos oficiales
nos dieron veinte y cuatro pesos de aguinaldo que hecha la de ochocientos
pesos a cada oficial un peso cada día como ganamos en donde quiera
que trabajamos y consertándonos con ellos, de darle seis oficiales
cada semana no quiere sino que hemos de ser todos juntos, y el que falta
de nosotros nos azotan muy bien y que pues Dios nos hizo libres queremos
que nos pague nuestro trabajo y, yendo Juan Bautista el intérprete
a hablar al guardián por mandado, Vuestra Señoría
estuvo con el enfermo y le vido todo su cuerpo todo lleno de cardenales
y chichones en la cabeza de darle con la cuerda de San Francisco.
En la Ciudad de México, a diez y seis días del mes de
hebrero de mil seiscientos y cinco años, ante el Ilustrísimo
señor don Fray García de Mendoza y Zúniga, Arzobispo
de México, del Consejo de su Majestad, mandó habiendo visto
la dicha petición, dijo que el Notario Público vaya a casa
del indio pintor, que dicen está herido y malo, y dé fe de
el estado en que está, y dada se reciba información de lo
demás contenido en la dicha petición para todo lo cual dio
comisión en forma cual de derecho se conviene y así lo proveyó
y mandó. Ante mí
En la Ciudad de México, en diez y seis días del mes de
hebrero de mil y seiscientos y cinco años, yo el presente Notario
en compañía de Juan Bautista, naguatato de la audiencia arzobispal
de esta ciudad, fui al barrio de Santiago Tlatelulco y en una casa baja
hallé a un indio en una cama, que le acaban de sangrar, y mediante
el dicho intérprete le dijo llamarse Agustín García,
el cual tenía atada la cabeza con trapos de sangre que se veía
estaba herido y en el cuerpo señales de azotes y con semblante de
estar muy malo, y mediante el dicho intérprete le tomó juramento
en forma y lo hizo cumplidamente, y preguntado que de qué estaba
malo y qué había sido la causa, dijo que estaba herido de
unos cordonazos que en la cabeza le había dado el padre fray Juan
de Torquemada, guardián de Santiago Tlatelulco, y las señales
que tenía en el cuerpo eran de los azotes que el domingo pasado
que se contaron trece de este mes le dio el dicho padre guardián
por no y le trabajar el dicho día y a dorar un retablo que en dicho
convento se está haciendo de Suchimilco y por eso estaba malo y
no de otra cosa y verdad debajo del juramento de que dos fee y el interprete
lo firmó Ante mí
Juan Bautista.
Juan de Porres.
[Al margen:] Información.
En la Ciudad de México, en diez y ocho días del mes de...
de mil y seiscientos y cinco años, los dichos pintores ante mí
el presente notario presentaron por testigo a un indio que mediante dicho
Diego Hernández intérprete se dijo llamar Bernardino de Santiago,
indio porquero de Santiago Tlatelulco, del barrio de San Martín
Acuauxco, del cual recibí juramento en forma y lo hizo cumplidamente
y preguntado al tenor de la dicha petición, dijo que lo que sabe
de ella es que el domingo pasado que se contaron trece de este presente
mes, estando este testigo con los demás indios a oír misa
mayor y particularmente este testigo había ido a matar un puerco
para el dicho convento, y para ello le había enviado a llamar el
dicho guardián, y estando para hacer lo que dicho tiene vio que
el dicho guardián en presencia de este testigo y de otros llamó
a un indio viejo pintor que se llama Agustín García, y le
dijo que se desnudase, y aunque el indio le decía que por qué,
le respondía el dicho guardián que después de azotarlo
le diría la causa, y por fuerza le hizo desnudar y azotó
en presencia de este testigo sin dar razón ni causa por que lo hacía,
y con el cordón le dio algunos golpes en la cabeza de que le hizo
sangre en abundancia, y sabe que de los dichos azotes y golpes está
al presente muy malo y no de otra cosa, porque este testigo lo vio bueno,
y que desde que le azotaron no se ha levantado de una cama, y ansí
sabe que azotó a todos los demás pintores del dicho barrio
que se hallaron allí, y esto dijo que sabe y la verdad so cargo
del juramento que fecho tiene, en que se afirmó y ratificó
y dijo ser de edad de cincuenta años, poco más o menos y
que no es pariente de ninguna de las personas ni le tocan las generales,
el dicho intérprete lo firmó.
Diego Hernández. Rúbrica.
Ante mí
Juan de Po.
En la Ciudad de México, este dicho día, mes y año
ante mí el presente Notario los dichos pintores presentaron por
testigo a un indio que mediante el intérprete se dijo llamar Diego
Juárez y ser sedero de Santiago Tlatelulco del barrio de San Martín
Zacatla, del cual recibí juramento en forma y le fue cumplidamente
preguntado al tenor del dicho pedimento, dijo que lo que sabe de ella es
que el domingo pasado que se contaron trece de este presente mes, estando
este testigo con los demás indios en la iglesia de Santiago Tlatelulco
vio cómo el padre guardián del dicho convento con fuerza
y violencia mandó desnudar un indio viejo pintor, que se llama Agustín
García, sin quererle decir por qué causa, que el indio le
preguntaba le hizo azotar y azotó muy fuerte y con el cordón
descalabró en la cabeza de que al presente está según
este testigo ha visto muy malo y en la cama, y sabe que de los dichos azotes
lo está, porque el dicho indio estaba bueno, y desde que le azotó
el dicho guardián está en la cama, y esto dijo que sabe y
la verdad so cargo del juramento que fecho tiene. .mo y rectificó
y dijo ser de edad de cua... .y que no le tocan las generales y el dicho
intérprete.
Ante mí Joan de Porres
En la Ciudad de México, en diez y nueve días del mes
de hebrero de mil y seiscientos y cinco años, ante mí el
Notario los dichos pintores presentaron por testigo a un indio que mediante
Juan Bautista, intérprete se dijo llamar Bernardino Daniel y ser
tejedor de sayales de Santiago Tlatelulco del barrio de Santa Atliccuxyan
del cual recibí juramento en forma y lo hizo cumplidamente, y preguntado
al tenor del dicho pedimento dijo que lo que sabe es que habrá dos
meses, poco más o menos que los indios pintores del dicho barrio
de Santiago Tlatelulco acabaron de pintar un retablo que según se
decía era para Guaxaca, y, se que sabían que aunque lo pintaran
no siendo del dicho convento de Santiago no se les pagaba nada por él,
antes se les apremiaba con mucho rigor a que sin faltar ninguno de los
dichos pintores lo hiciesen, y acabado que fue el dicho retablo trajeron
otro que al presente está en el dicho convento que dicen es de Suchimilco
el cual al presente están dorando, y sabe que el domingo pasado
que se contaron trece de este presente mes, estando este testigo para oír
misa en el dicho convento vio cómo el padre guardián de él
con fuerza y violencia sin causa alguna hizo desnudar a un indio viejo
que se llama Agustín García y le dio muchos cordonazos en
la cabeza de que le hirió y azotó muy más, de los
cuales cordonazos y azotes está el susodicho muy malo, y ha oido
decir que fue porque no acudía a pintar el dicho retablo, y lo mismo
hizo con otros pintores de dicho barrio, y ha oído decir a los pintores
que hace trabajar en días de domingo y fiestas que son obligados
a guardar los dichos naturales, sin darles ninguna cosa, y esto dijo que
sabe y la verdad mediante el dicho intérprete, en que se afirmó
y ratificó, y no firmó y dijo ser de edad de cuarenta y cinco
años, y, que no le tocan las generales, firmó el intérprete.
Ante mí Joan de Porres Osio. Rúbrica.
Este dicho día, mes y año dichos ante mí el presente
Notario los dichos pintores presentaron por testigo a un indio que mediante
Juan Bautista, intérprete se dijo llamar Gaspar Lorenzo, albañil,
natural del barrio de Santiago Tlatelulco, y del barrio de Santa María
Amajac del recibí juramento en forma y lo hizo cumplidamente, y
preguntado al tenor del dicho pedimento dijo lo que de él sabe es
que el domingo pasado que se contaron trece de este presente mes, estando
este testigo en el monasterio de Santiago Tlatelulco de esta ciudad, vio
cómo el padre guardián del dicho convento mandó desnudar
a un indio que se llama Agustín García, y aunque el dicho
indio le preguntaba que por qué le mandaba desnudar, le dijo que
él lo sabía y no más, y porque tan presto no se desnudó
le dio con el cordón en la cabeza y le descalabró y sacó
sangre y azotó muy fuertemente, de que el dicho indio al presente
está muy malo en la cama, y sabe que los dichos azotes fueron porque
no acudía las fiestas y domingos a pintar en un retablo que al presente
está en el dicho convento, que dicen es de Suchimilco, y ha oido
decir a los dichos pintores que aunque trabajan para fuera del dicho convento
y los dueños de los retablos se lo pagan, a ellos no se les da cosa
alguna, antes si no acuden todos al aunque sea día de domingo y
fiestas de guardar naturales los azota y maltrata que sabe y la verdad
so cargo del juramento tiene en que se afirmó y ratificó,
y dijo ser de edad de treinta y que no le tocan las generales
Ante mí
Joan de Porres O. Rúbrica.
Archivo General de la Nación. Ramo: Bienes Nacionales,
leg. 732c, exp. 1.